QUE DECEPCION

La iglesia necesita de laicos maduros ; no de fanaticos a la defensiva.
La mayoria de los laicos comprometidos con los que he hablado ( y son muchos ) pertenecen a los últimos. Ellos , sin embargo, se autodefinen como " buenos" católicos. Los" malos", al parecer, son los críticos de la inmoralidad eclesial . Estos hermanos me recuerdan a los musicos del Titanic, tocando en la cubierta del tratlantico, con el agua al cuello. O mejor, al mimistro de información de Irak, cuando Saddam Hussein , que se negó a ver los tanques americanos a la puertas de Bagdad.
Que en medio de una crisis de vastas proporciones -como la que enfrenta el catolicismo-continuen teniendo como prioridad un almanaque lleno de actividades : reuniones, rifas, comidas recaudatorias, congresos, excursiones, y actividades sacramentales (no digo sacramentos ), sin ocuparse de lo verdaderamente fundamental : la crisis ; mueve a compasión, sino a risas. Eso los puede tranquilizar, momentaneamente. Pero, sin son sinceros con el evangelio, tendran que volver,oportunamente, a la realidad de una iglesia que necesita voces , y no silencio complice.Por miedo o indiferencia, como dije en el artículo precedente. Los invito a repasarlo, serena y desprejuiciadamente.

NEW YORK TIMES Y EL BOSTON GLOBE.
El comun denominador de los"" buenos"" laicos , tan obedientes, y de la jerarquia obnubilada , es achacar a una conspiracion externa o diabólica , el asunto del pedo mosexualismo. Encabezada por las exageraciones , o la complicidad de la media. El Boston Globe, que destapó la caja de Pandora, en la cuna del catolicismo estadounidense , y continuando , con el librepensador NYT, en la otra cuna : New York , la ciudad liberal por excelencia.
Estos medios,,,, permitieron poner en evidencia una horrorosa realidad que la institucion eclesial fue incapaz de airear durante tantos anos!! Que Dios si escribió derecho en los renglones torcidos de la prensa secular.! Que difícil nos sera tener que reconocer,,humildemente, estas verdades.,en los tiempos por venir.

EL PERDON DE LOS PECADOS. LA ABSOLUCION.
Todos conocemos que se nos perdonara setenta veces siete. Por muy horrendo que haya sido el pecado.Tambien que hay que cumplir una penitencia. Pagar parte de la culpa temporal.Tambien hay una pena civil , que se lleva ante los tribunales , en caso de felonia. Tapar los escandalos pagando sumas fabulosas como compensacion, no ha sido, ni será, una buena política. Quien dudas tenga que visite la diocesis de Miami. Iglesisas y colegios cerrados, y todos los fieles, rapinando dinero para sobrevivir, a como de lugar. El descoco por el dolar ha sido tan febril , para pagar las deudas, que seguimos buscando la fula primero, pensando que lo demas se nos dará por añadidura. Ya el reino de Dios y su justicia , ocupa un segundo lugar. Asi de patético. Hemos invertido los valores.
Alla en Roma se encuentra el cardenal Law, renunciante de Boston, el amicisimo de Castro, purgando ( ? ) su pena temporal en Santa Maria la Mayor, la tercera iglesia del orbe, ganando un buen salario, libre de taxes. Mons. Bernard es solo un ejemplo, tal vez el mas visible, de la impunidad. Yo desearía que lo hubieran situado a lavar los pies de los abusados en un hogar de necesitados, de los tantos que en el mundo católico existen. Me perdonan los que defienden la dignidad cardenalicia, a ultranza. No tengo esos criterios. Mientras no se llegue a aplicar una disciplina elemental, para todos los ordenados, o se tuerza esta, por los complejos caminos de la burocracia, o de la tolerancia, mas o menos encubierta, no podremos comenzar a restaurar verdaderamente, las heridas. La clave para entender esta , en " el mas o menos".

EL FUTURO DE LA IGLESIA. NOS ENCAMINAMOS HACIA EL FINAL LAS PUERTAS DEL INFIERNO :? ES VERDAD QUE NO PREVALECERAN SOBRE ELLA? (no estemos tan seguro de esto ).LO QUE PUDIERA HACER, O NO HACER EL SANTO PADRE.

Eso se los enviare, proximamente. Santiago Cardenas.

La horrible palabra dogma

Los cristianos, los judíos y los mahometanos creen en el dogma: «NO hay más que un solo Dios» Autor: Louis de Wohl Fuente: conoze.com

Es bastante típico de nuestra época confusa, llena de fuegos fatuos irreflexivos, el hecho de que la palabra dogma se haya convertido para muchos casi casi en un improperio. Se habla de postura dogmática y con ello se quiere decir postura ergotista. Se califica a una persona de dogmática y con ello se pretende expresar que es un testarudo obstinado. Se proclama con indignación que en la época actual no queda ya lugar para dogmas. Pero el mayor reproche va dirigido a las iglesias, acusándolas de dogmatismo extremado en sus doctrinas.

El maestro que nos enseña que dos por dos son cuatro nos está enseñando un dogma, un dogma aritmético. Naturalmente soy muy libre de desconfiar de él considerándole un testarudo obstinado y ergotista. Pero si quiero llegar a algún resultado en aritmética, no tendré más remedio que aceptar su dogma globalmente. Claro que en este caso resulta fácil de comprobar. En otros terrenos es a veces más difícil.

Pero el concepto de dogma no queda agotado con la traducción de la palabra griega. Un dogma es un artículo de fe o de doctrina, que es obligatorio aceptar si se desea pertenecer al credo o doctrina correspondiente, y la aceptación del dogma o de los dogmas es lo que constituye la calidad de socio. Y no existe ninguna doctrina -tanto si es religiosa como política o científica- que no tenga dogmas: No existe, ni puede tampoco existir, pues la falta de dogmas sería la libertad sin límites, y la libertad sin límites es la anarquía, es decir, lo contrario de una doctrina. Toda doctrina establece límites. El liberal tiene que creer en los principos del liberalismo, pues de lo contrario no será liberal. El cristiano, cualquiera que sea su confesión, deberá creer en Cristo, pues de lo contrario no será cristiano.

Los cristianos, los judíos y los mahometanos creen en el dogma: «NO hay más que un solo Dios». Quien cree en quince dioses o en dos o en setecientos, no podrá ser ni cristiano, ni judío, ni mahometano.

En todas las doctrinas existen cuestiones facultativas, que pueden aceptarse, pero que no es obligatorio aceptar. Los dogmas son simplemente aquellas cosas que estamos obligados a aceptar si queremos «pertenecer a ello», son el hueso duro del fruto y sin él no puede haber fruto.

La sangre es líquida, los tendones y músculos son elásticos, los tejidos son blandos, pero los huesos tiene que ser duros, si queremos caminar derechos.