
Sergio González Sánchez nació el 9 de Septiembre de 1929 en Matanzas, pasando después a la provincia de las Villas, República de Cuba. Por coincidencia, la misma provincia que alberga a Sagua la Grande, cuna del fundador de nuestra Asociación de Caballeros Católicos, Dr. Arena. Nuestro querido Sergio entregó su alma a Dios en Miami, la madrugada del día 7 de Julio del año 2011.
Vino al exilio muy temprano en el año 1966 pero nunca se olvidó de la patria dejada atrás. Luchó como todo exiliado político, laborando en diferentes ocupaciones para el digno mantenimiento y mejora de su querida familia.
Fue miembro fundador de la Unión No. 3 en la comunidad de Santa Cecilia, en Hialeah, pasando años después a la incipiente Unión No. 15 de la parroquia de Santa Bárbara. Igualmente ostentó varios cargos de responsabilidad en sus uniones así como en el Directorio General de la Asociación. Destacada fue, entre otras, su incansable participación en las anuales Asambleas Diocesanas y su presencia en el Desfile Martiano se daba siempre por descontado año tras año,
Participó, junto al recordado hno. Raúl León, en la fundación de la Junta Patriótica Cubana, de la cual fue delegado permanente por la Asociación hasta el día de su paso al seno del Padre y también fue también un celoso distribuidor de la querida revista Ideal desde sus comienzos hasta el último día, así como efectivo administrador financiero del Boletín de la Unión No. 3 de Santa Cecilia, durante todos los años en que éste fue publicado.
Fue parte, desde muy temprano, de este programa La Voz de los Caballeros Católicos en Radio Paz, siendo el coordinador de este equipo hasta que se acogió a un merecido sabático para tener más tiempo de atender a su amada esposa, Alicia, y hacer frente a otras obligaciones dentro de la Asociación.
Por su afabilidad y fraternidad, por su fe y amor a toda prueba a la iglesia y su incansable afán de hacer a sus parroquias y a nuestra Asociación cada día mejor; por su energía y perseverancia en cumplir las misiones asignadas y las que él estimaba requerían su participación; por su celo en mantener los récords radiales, históricos y fotográficos de nuestras actividades; por todo esto y por mucho más, nuestro Sergio siempre será recordado como baluarte y ejemplo a seguir.
Ahora que eres tú, Sergio, el que ora por nosotros desde el Cielo, rogamos al Señor por lo que ya tu párroco pedía durante la plegaria funeral, esto es: que surjan muchos Sergios con tu energía y tu convicción para que compensemos un poco tu ausencia, tanto en la parroquia como dentro de los Caballeros Católicos.
Hermano querido, siempre vas a estar presente. Descansa en paz mientras ruegas por nosotros ahora que ya debes de estar a la derecha del Padre, recibido por nuestro hermano mayor, Cristo Jesús. ¡Siempre serás nuestro hermano y nuestro amigo! Amén.
Efraín Infante